Llevan desde 1753, ininterrumpidamente, haciendo pan y pasteles, evidentemente con una calidad reconocida: Manacor. Son ocho generaciones que llegan hasta Conchi Pérez, esposa de Juan Antonio Martín y madre de Juan Andrés, los responsables de fabricar estos productos, nada menos que 19.000 roscones.
Visito la sede de la cadena, en la calle Plasencia 67 de la ciudad madrileña de Móstoles. Padre e hijo me enseñan sus productos, que venden en siete tiendas de la comunidad. Con lógico orgullo presumen de trabajar con una masa madre de cultivo propio, quizá clave en la aceptación centenaria de sus panes, pasteles, chocolates, tartas y roscones.
Se te nubla la vista al mirar las vitrinas con estas exquisitas golosinas en la estupenda cafetería donde puedes degustarlas. No sabes por dónde empezar, porque no es sólo la vista tentadora, también el color de auténtico y el olor de rico, sabroso, apetitoso.
Quedo para hacer una visita al obrador en la madrugada del día cinco para comprobar cómo elaboran los roscones.
A las tres de la madrugada con una noche estrellada y una helada dura, muy típica de la noche de Reyes, con cuatro grados bajo cero. No hay nadie en la calle. De repente te sorprenden un montón de luces azules y piensas que son los reyes, pero no: son una docena de agentes de la Guardia Civil de Tráfico que en la misma rotonda están montando unos controles de alcoholemia.
Toco el timbre y me recibe Daniel Maroto, un hombre joven, muy servicial y amable, que da los buenos días a estas horas, acostumbrado a trabajar de noche desde hace muchos años.
En las naves del obrador hay mesas metálicas enormes, llenas de máquinas y hornos al servicio de una veintena de pasteleros y panaderos, todos vestidos de blanco, que solo tienen tiempo para mirarte de reojo.
Porque es una cadena que no puede parar. En esa noche están haciendo cinco mil roscones, aunque en estas fiestas llegan a 19.000. El calor de los hornos contrasta con la gélida noche del exterior, pero el olor…¡con razón tienen tanto éxito los roscones!
Aquí está la cadena de las batidoras, y tantas manos amasando masa madre, harina, agua, huevos, leche, agua de azahar, piel de naranja, azúcar, almendra, frutas escarchadas, mantequilla.
Viendo esto, no me extraña que lleven ocho generaciones contando con el favor del consumidor de estos roscones, ahora la mitad ya rellenos de nata o crema, y de sus otros productos.
Quiero felicitar a la dirección de Manacor por su calidad tan largamente acreditada y agradecer su amabilidad y atenciones para ver su producción artesanal.
Mondelopress.com
un reportaje muy nítido e ilustrativo muy positivo y con datos me ha gustado mucho
Muchas gracias Santiago. un abrazo