Durante una manifestación en la localidad madrileña de Parla, el joven Ursino Gallego Nicasio, de catorce años, falleció tras recibir el impacto de una pelota de goma disparada por los antidisturbios de la Policía Nacional.
Los hechos ocurrieron a las cinco de la tarde del domingo 4 de marzo de 1979, durante una protesta vecinal en la que los habitantes reclamaban el fin de los continuos cortes de agua que sufría la población. Con el grito de “¡Queremos agua!”, cientos de vecinos salieron a las calles para exigir una solución.
Parla contaba entonces con unos 40.000 habitantes, y los cortes en el suministro eran constantes. En medio de las cargas policiales, Ursino Gallego recibió el impacto de una pelota de goma que le provocó una hemorragia interna, falleciendo poco después.
El día 6 de marzo, durante el funeral, las protestas se recrudecieron. Los manifestantes cortaron la carretera nacional Madrid-Toledo, levantando barricadas con vehículos, neumáticos, tubos metálicos y hogueras. Algunos coches fueron volcados, y se lanzaron piedras contra los agentes, mientras la Policía había tomado el centro de la localidad con unidades a caballo y furgonetas antidisturbios.
Yo me encontraba allí, junto a mi compañero Carlos Bello, de la Agencia EFE. En medio de los enfrentamientos, conseguimos refugiarnos en una cabina de Telefónica mientras los ataques se intensificaban por ambos lados y los cristales de la cabina se rompían a nuestro alrededor.
Décadas más tarde, el 13 de junio de 2017, el Ayuntamiento de Parla inauguró en la Plaza del Agua una placa en homenaje a Ursino Gallego Nicasio, fallecido durante aquella manifestación del 4 de marzo de 1979 en la que el pueblo clamaba: “¡Queremos agua!”.
El homenaje fue promovido por la asociación “Soy de Parla, con mucho orgullo”.
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