Gracias a la maestra de Solanilla de la Sobarriba quien descubre sus buenas habilidades que ya demostraba a la temprana edad de 8 años y bajo su consejo, los padres de Epigmenio Llamazares deciden llevarle a la escuela de Artes y Oficios en León donde empieza a estudiar hasta los 14 años. Allí aprendió a dibujar y a trabajar la madera, para finalmente instalarse en la capital leonesa, donde con el tiempo y después de trabajar en diversos talleres, ganaría varios premios regionales.
A los 17 años monta su propio taller y comienza a leer libros de artesanía, interesándose por el mundo de la restauración de antigüedades.
Años más tarde, conoce y forma un hogar con Teonila Ferreras y se incorpora de manera muy responsable a montar su propia empresa, trabajando duro, ampliando el negocio. Abren una tienda en la capital leonesa y una gran nave en la localidad de Cembranos, donde realizan todo tipo de manualidades de madera, piedra, forja, restauración de toda clase de muebles antiguos y dándose a conocer también por la fabricación del Ramo Leones.
En la Calle Buen Suceso Nº 29 A de León, se encuentra la tienda Artesanos Leoneses, que es como un museo de la historia de nuestros antepasados; está repleta de todo tipo de objetos de artesanía y regalos y se ha convertido en el “Bosque mágico de los Ramos Leoneses”. Hoy en día, el negocio lo dirigen los cuatro hermanos: Miguel Ángel, Juan Carlos, Francisco Javier y Beatriz y tienen cientos de ramos de todo tipo y diseños y toda clase de abalorios para decorarlos. El Ramo no solo se utiliza en las fiestas de Navidad, sino para todo tipo de actos como bodas, bautizos, fiestas en los municipios leones, incluso para despedir a un ser querido en la capilla ardiente; es una costumbre de antes del cristianismo, siendo un símbolo pagano de la celebración invernal y el venir de la primavera, que se practica en algunas zonas de Asturias León y Zamora.
En tiempos muy lejanos, la costumbre en los pueblos era utilizar un árbol de hoja perenne durante el invierno y colgar frutos como ofrendas a los dioses contra las tinieblas implorándoles que llegara el buen tiempo y buenas cosechas; más tarde con la llegada del Imperio Romano, ese ritual desaparece, hasta que con la llegada de las pastoradas en la Época Medieval, esta tradición se recupera, pero esta vez con una estructura de madera triangular llamada el “Arco de la vida”, con doce velas uno por cada mes del año que alumbrará el año nuevo. El Ramo Leonés se decora colgando frutos, cintas, rosquillas, puntillas y hasta con los mantones de nuestras abuelas y es posible que exista desde los siglos XIII y XV .
Beatriz, responsable de la tienda y gran conocedora de las costumbres, me comenta que cada año venden y mandan más Ramos a los leoneses que residen en otras comunidades y hasta en el extranjero.
Casualmente y por primera vez, este año en mi pueblo Caboalles de Abajo en el valle Laciana, “INCULCA” la Asociación de Salvaguarda de la Cultura y Patrimonio de Caboalles de Abajo, con la colaboración de los socios y unas docenas de vecinos, ha donado un Ramo de grandes dimensiones con el fin de dar a conocer el patrimonio cultural en el Valle Laciana.
En los últimos años, se ha ido recuperando la tradición y el Ramo Leonés está volviendo a ser el símbolo de la Navidad en León.
Mondelopress.com