El escultor leonés Amancio González conocido internacionalmente por su trayectoria profesional trabajando la madera, barro, bronce y el acero, creó una figura de una vaca de tres metros de altura y de más de 500 kilos de peso, realizada con unas 8.000 varillas de acero corrugado (utilizadas para la construcción), y cuyo trabajo le llevó unos cuatro meses.
La idea nace por encargo de los hermanos Conchi y José Luis Nieto, responsables de la fábrica Cecinas Nieto, que se encuentra en el corazón de la maragatería, en Astorga. Esta figura, se colocó delante de las instalaciones Nieto, en un entorno natural y donde da la bienvenida a todos los transeúntes que viajan camino a las tierras gallegas, y así a su vez, poder hacer un homenaje a la noble vaca cuya carne es de donde se saca la rica y tan especial cecina de León.
Amancio, leonés de nacimiento, es uno de los embajadores de la cultura de la tierra leonesa. Comenzó muy joven con 17 años en la Renfe, en la escuela de aprendices de León, y con su primera nómina, se matriculó en el Conservatorio de Música y una Academia de pintura también en esta ciudad.
Sus primeros pasos se desarrollan de mano de un profesor que vio en él muchas inquietudes y amor por el arte, pero no es hasta después de su regreso del servicio militar, que Amancio empieza a dar forma a sus primeros trabajos dando con una zuela a un tronco de madera de peral. Fue entonces que comenzó a darse cuenta que ese era su futuro. Trabajó durante muchos años en las esculturas de madera, para más tarde empezar en piedra y moldear en bronce. Con este bello metal, da forma y crea la escultura de La Negrilla (un homenaje al noble y gigante árbol el “Negrillo”) que tiene un peso de 1000 kgs, y se encuentra en la Plaza de Santo Domingo en el centro histórico de León. Representa a un gigante fuerte y noble que con su brazo izquierdo rozando el suelo se niega a morir, como lo hace el negrillo con sus chupones que brotan de las raíces. Esta obra se ha convertido en un icono de León y en un lugar de encuentro de ciudadanos y visitantes que aprovechan a fotografiarse junto a ella, mientras que los niños, osados, trepan entre sus piernas y sus fuertes brazos gigantes.
Yo tengo un amigo muy culto y gran conocedor de la historia de la capital leonesa y quien cuando pasea por allí, se para y hace reflexiones sociales y políticas de la vida de los leones; estoy seguro que La Negrilla, le comprende.
En los últimos tiempos, Amancio se encuentra en un gran momento profesional, rodeado de todo un museo de grandes trabajos e ideas en su taller de la localidad Lorenzana, donde el hierro está siendo su referente profesional. Elabora grandes estatuas como por ejemplo la vaca para cecinas Nieto y para el hospital de León, una estatua de San Jorge que lucha contra el virus del Covid 19, con más de 50.000 piezas de metal y con la que se reconoce la gran labor de todos los profesionales de la sanidad durante la pandemia.
Uno de los últimos trabajos realizados, es un encargo para Ponferrada con la estatua titulada “Los Paseados”, homenaje a los republicanos asesinados durante la represión franquista y arrojados a fosas comunes en la zona de Montearenas, sin identificación alguna, durante la Guerra Civil española
Amancio es un escultor universal. En Puerto Rosario, Fuerteventura, está la más grande, parte de una fuente enorme. Allí es donde se encuentran otras veinte obras suyas. En Turquía hay seis o siete en diferentes ciudades y en Dinamarca, Francia, Ucrania, Rusia, Rumania, Croacia y México.
Es un placer pasar y compartir una jornada con el escultor y artista Amancio González en su taller y poder disfrutar mucho más de su cultura. Felicito a Cecinas Nieto por apostar y compartir la cultura de un leonés, que tiene un gran reconocimiento internacional.
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