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Una vida en el ciclismo

Una vida en el ciclismo

Veinte Tours, veinticinco Vueltas a España, tres Giros, tres Olimpiadas, cinco Mundiales de Fútbol contemplan a este lacianego que ahora presenta en su pueblo, Caboalles de Abajo, una exposición antológica de sus fotografías sobre ciclismo fuera de programa del Mundial de Ponferrada

«El ciclista es el minero del deporte»

Desiderio Mondelo lanza ideas y le sale una filosofía de la vida. El hijo de Alejandro, el minero fotógrafo de Caboalles de Abajo, voló de aquel futuro negro y acertó. «Aquí ya sabes lo que hay: mina. Así que tú mismo. Vete», le dijo su padre. Y se fue. A veinte Tours, veinticinco Vueltas a España, tres Giros, tres Olimpiadas, cinco Mundiales de Fútbol… Redacción, lo menos posible, y, lejos de los actos protocolarios, a poder ser.

Y Mondelo ha vuelto. A su Laciana y a su León querido. Ha dejado en EFE tanto rastro que por sus fotografías se podría escribir su vida. Casi se presenta así, cuenta su curriculum mientras narra su experiencia. Y el fotógrafo emigrante en la capital resulta ser un sprinter de su propia biografía. Porque a las primeras de cambio se sumerge en el meollo: «Cuando voy a mi pueblo, a veces no me entienden, porque les digo: ojalá se acabe la mina y os dejen de tomar el pelo», les espeta. Y, claro, dicho así de repente a algunos les parece que tienen al enemigo en casa. Pero no. Lo que pasa es que Mondelo cree que la vida es demasiado corta porque es eso, un apasionado de la vida. La que ahora recorre a lomos de una Harley Davidson. Ahora, coincidiendo con el Mundial de Ciclismo de Ponferrada, inaugura una exposición en la iglesia de Santa María de su pueblo, que curiosamente será su aportación externa a tal evento. Quién le iba a decir a Mondelo que a estas alturas de la carrera con la iglesia iba a toparse. Lo hace porque quiere. Preguntó en el entorno del Mundial y como vio lo que vio, decidió hacer lo que ahora hace: lo que le da la gana. La exposición más potente que se puede ver sobre el ciclismo y la vida. En Caboalles de Abajo. Tiene en proyecto un libro sobre burros (sólo tiene 50.000 fotografías ya…), 64 años, un hijo cuyo padrino es Miguel Indurain, se ha casado tres veces y tiene más planes que un chaval de 20 años.

Entonces, usted es un minero salvado por la fotografía…

Me fui del Valle de Laciana en el 66, con 16 años. En aquel tren mixto Villablino-Ponferrada que iba a Madrid. Con el tema de la emigración de ahora, yo lo llamo la patera de hierro. Todo estaba lejos. Ahora, los jóvenes lo tienen más difícil, pero tienen que saber que tienen Europa más cerca. Empecé en Madrid en la hostelería, pero en mi casa se vivía la fotografía de entonces. Mi padre era fotógrafo y mi madre positivaba las fotos. Yo cogía la bicicleta con 13 años y las llevaba a los pueblos.

¿Qué más recuerda de aquellos tiempos?

Pues fíjate que te voy a contar mis recuerdos desde una experiencia de noviembre del año pasado. Bajé a la mina escondida de Laciana. Era mi asignatura pendiente. Y es lo más brutal que he vivido. Ni mundiales ni olimpiadas. La mina está llena de culpables porque a los mineros les han llegado las migajas de todo el dinero. Cuando les digo a mis amigos que en la mina no hay futuro se enfadan. Pero lo que quiero decir es que los cojones que tienen los mineros los tienen que utilizar para buscar otro futuro.

De repente, el ciclismo se cruzó en su vida de pequeño. ¿Cómo fue?

Fue en un San Bartolo, en el premio López Rodríguez. Caboalles es la cuna del ciclismo de la provincia. En aquel tiempo no había vallas, sino que era el público el que marcaba el límite. Yo estaba ansioso por verlo en primera fila y un Guardia Civil iba abriendo camino. Me dio en las piernas. Y me padre le dijo: «Paisano, deje al guaje». Eso me marcó tanto que me prometí: esto lo tengo que ver desde dentro.

¿Cómo se convierte ese chaval de Caboalles en un experimentado fotógrafo?

Pues he llegado a la convicción de que todo está conectado. Todos los valores que yo pueda tener vienen de mi pasado de hijo de minero. Estar en Los Ángeles, con Samaranch, con Plácido Domingo, Julio Iglesias, en México 86… todo eso si lo consigo es gracias a mis raíces de minero. Por eso me niego a que los mineros vivan así. Y le echo la culpa a los gobiernos como el de Valladolid, que lo que quiere es que haya zonas dependientes.

¿Tenía mucha morriña?

Mucha, pero no paraba. Y aquí vuelvo a destacar los valores de entonces. Como andaba de acá para allá, se me olvidaba enviarles una carta a mis padres. Y mi padre me llamó: «Si a la semana que viene no tengo carta, me tendrás allí». Esa relación de padres a hijos ahora no se da tanto. Y no hablo de autoridad. Yo fui el primero de mis hermanos que le dije a mi padre que me negaba a tratarle de usted.

Entre el periodismo y la fotografía se le clavó en el alma el ciclismo. ¿Es tan grande ese deporte?

Sí. Pero para ser un gran deportista, tienes que ser una gran persona. Como Miguel Indurain, o lo mismo que Rafael Nadal. Miguel pinchaba y el pelotón en pleno, sin que nadie se lo mandara, se abría para que recuperara el puesto. ¡Eso es ser grande! Viví esos años de los cinco tours con mucha pasión.

¿Qué tiene que hacer un fotógrafo de ciclismo para encontrar la gran foto?

Intentar aprender todo lo posible. Saber calibrar qué ciclista va bien, qué desarrollos lleva, cómo se levanta de la bicicleta. Y estar atento a todo lo que pasa. Si había una caída, por ejemplo, había dos cosas claves: el olor de las zapatas y el ruido. Y el siguiente paso era tirarte de la moto y ponerte a currar. Cuando la caída aquella histórica de Marino Lejarreta, lo primero que hice fueron dos fotos y después ayudarle a subirse. El ciclista es el minero del deporte.

Igual que el futbolista…

No tiene nada que ver. Aunque hay gente que merece la pena. Yo conocí a Míchel, o Camacho, y son grandes tipos, deportistas, gente cercana, más próximos a esa filosofía del ciclista. A Chendo le enseñé yo en un Mundial la foto de su hijo que acababa de nacer y se emocionó conmigo. Fue el hijo que el pobre luego falleció en un accidente de tráfico. Pero sí, es un mundo mucho más impersonal, más de negocio. Cuando empecé a ver que en el ciclismo se acababa esa cercanía me empecé a alejar. Armstrong llegaba rodeado de escoltas… Pero he disfrutado mucho y vivido grandes experiencias. La osadía de la juventud también hace mucho. También he sido muy inquieto porque las familias mineras somos una raza aparte.

Ha hecho política, que eso sí que es otro mundo…

He estado en el comité de redacción de EFE y he sido muy rebelde, crítico y muy incómodo para los de arriba. En prensa pude hacer las campañas con Txiki Benegas, que sí que eran tiempos difíciles. Pero me gustaba. O la campaña de Zapatero. Creo que le influyeron mucho las circunstancias y que no es el que refleja todo el mundo por ahí. Zapatero es un buen paisano. Es cierto que no afrontó la crisis como debía, pero no tenía margen de maniobra. En cambio puedo decir que es un tipo próximo, cercano y que sabe escuchar.

¿Cómo va a ser esta exposición en la que tiene tanto que ofrecer?

La haré en la iglesia de mi pueblo, en la de Santa María. El cura Bruno y el concejal Vidal me lo han facilitado. Intenté algo con el Consejo Superior de Deportes y el Mundial, pero al final encontré más apoyo en mi pueblo, cosa que me encanta.

¿Cómo se encuentra ahora que puede regresar más a León y Laciana, y a su pueblo?

Recuperar mi tierra es como volver a vivir otra vez. Es recuperar figuras que me dan vida. Me da pena ver que muchos de mis paisanos viven con la venda del burro del la noria. Porque les han engañado. Tienen que aprender a vivir de otra manera.

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1 comentario en «Una vida en el ciclismo»

  1. ALFREDO DIAZ GONZALEZ(FREDY)

    EL SR.MONDELO Y YO HEMOS COMPARTIDO MUCHAS VUELTAS,MUCHAS HORAS Y KMS DE BUEN CICLISMO EN MOTO,COMO BUEN LACIANIEGO QUE SOY PUES NACI EN LLAMAS DE LACIANA (CASA DE LA CONCHA)HIJO DE JESUS Y MILAGROS, ME TIRA MUCHO LA TIERRA Y SIEMPRE QUE PUEDO ME ESCAPO, PUES NECESITO RESPIRAR EL AIRE,DSIFRUTAR DEL PAISAJE,DE LAS GENTES . ME GUSTARIA ESTAR EN LA INAGURACION DE ESTA EXPOSICION FOTOGRAFICA PERO ESTA VEZ NO PUEDE SER.QUIERO DESEARLE LO MEJOR Y QUE NO PARE DE TENER PROYECTOS,ESO HACE QUE UNO ESTE VIVO Y CONTAGIA A LOS DEMAS.UN GRAN Y FUERTE ABRAZO,MONDELO,ERES EL MEJOR

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