Más de trescientos años llevamos los españoles disfrutando de los ricos huesos de santo de mazapán y que se elaboran con almendra, azúcar y yema de huevo. Es una manera muy dulce de recordar cada año a nuestros seres queridos en la festividad de todos los Santos, con ésta tradición que se remonta al siglo XVll.
En la localidad toledana de Los Navalmorales, se encuentra el obrador de Mazapanes Menor; es un lugar muy especial que lo dirige Luis Menor y representa la tercera generación que ya queda lejos desde que su abuelo Leonardo y padre Luis le dieron el relevo de la artesanía del mazapán. Luís es un hombre que ya no peina canas, sencillo, muy trabajador, muy querido en toda la comarca y premiado en varias ocasiones. En sus paredes se pueden ver fotografías con su abuelo, su padre y famosos de nuestro país, junto a premios recibidos a lo largo de su buen trabajo como artesano.
Es una suerte poder realizar éste reportaje en su obrador donde los dulces se elaboran de manera muy tradicional y con mucho trabajo, uno a uno, con las manos de media docena de trabajadores hombres y mujeres muy dedicados a esta labor. Ellos miman la masa y una vez ya formada, reposa en presencia de un horno de leña que todavía conserva los muchos años de historias de tres generaciones y que coordinados por Luis, se convierten en una familia entrañable.
Es de ésos sitios donde a uno le cuesta marcharse, porque no sólo compras los ricos huesos de santo y buñuelos, sino que viendo todos los productos que allí se elaboran, que te animas a comprar más. Sus clientes compran los huesos de Santo con todo el cariño que representa la fiesta del día de todos los Santos y poder recordar con amor y ternura a sus difuntos en esta tienda tan entrañable, que lleva muchos años endulzando los hogares de nuestro país. Desde aquí no sólo se hacen envíos para toda España, sino que ya en éstas fechas, se empiezan a preparar y elaborar las ricas figuras de mazapán y anguilas para Navidad.
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Saint´s bones, a sweet way to remember our dead ones
Us Spaniards, have been eating Saint’s bones, these delicious marzipan sweets for over three hundred years; they are made with ground almonds, sugar and egg yolk. It is a very sweet way to remember our deceased loved ones every year during the All Saints Day festivities, a tradition that goes back to the 17th century.
In Los Navalmorales, a small town in Toledo’s province, we find Mazapanes Menor, a very small bakery owned and run by Luís Menor. Third generation of master bakers, Luís is a humble man, hard working and much loved in the whole district, has also been a prize winner on several occassions. On the bakery’s walls you can see old photographs of himself, his father and grandfather with famous people and a collection of several prizes won by the three of them.
I consider myself very lucky to be able to write this article in his workshop, where all these sweets are being elaborated following the tradition , one by one, by the loving hands of a half a dozen workers, so dedicated to the old fashion way. They pamper the dough and handle it ever so lightly before they shape it into little tube like figures, all in the presence of a wood oven that could tell a story or two; under Luís supervisión, they have all become a close family.
This is one of those places you find difficult to walk out of, because you not only buy Saint’s bones and seasonal fritters, but when you look around and see all the goodies on offer, you cannot resist to buy a few more. His clients buy the Saint’s bones to remember their dead loved ones because this shop has been sweetening the homes of our country for decades. From here, they also deliver to other parts of Spain and right now, they are also starting to prepare and make those delicious baked marzipan figures so typical of our Spanish Christmas.
Text translation: Beatriz Davies
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