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El olor y sabor del aceite cornicabra de Miguel Mencía, es el elixir de la vida.

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En miles de hectáreas de Castilla la Mancha, se apresuran familias, cooperativas y almazaras para recoger el rico fruto de la aceituna de todas las variedades, en especial la cornicabra. Apenas amanece un día cualquiera de diciembre con una mezcla de chirimiri y niebla, rompen con gran fuerza los vapores de las chimeneas de las almazaras en una de las muchas localidades que tiene Castilla la Mancha. En Los Navalmorales, pueblo de 2.500 habitantes, una gran parte de sus vecinos vive del rico oro verde que es el aceite.

Visito la almazara Miguel Mencía que es una instalación nacida a principios de los años cuarenta (después del final de nuestra Guerra Civil) de la mano de Fortino Mencía, abuelo de Miguel que es el actual responsable y ya la tercera generación. Después de tomar el relevo de su padre Miguel Mencía, ésta almazara cuenta de unas instalaciones que tienen un olor muy rico y cuando llevas  cinco minutos allí, lo primero que uno quiere hacer es ponerte en el patio con un plato del sabroso aceite de cornicabra virgen extra que en ese momento se está elaborando y empezar a mojar pan porque no falta nada más para comenzar mi jornada, que unos huevos fritos. Voy a visitar unos olivares en un coche 4×4 conducido por Miguel y recorremos las fincas repletas de miles de olivos centenarios (unos 12.000) donde se encuentran tres brigadas que se componen de tres trabajadores, un tractorista y dos peones en cada una. Un tractor con un espectacular abanico que se despliega desde los lados, abraza los viejos olivos y con una fuerte vibración caen las aceitunas del gigante centenario. De esta manera es posible recoger la cosecha de mil olivos al día.

Miguel, gran profesional y conocedor del mundo del aceite, presume con gran satisfacción de ser la tercera generación y me explica con mucho detalle, cómo es el cuidado de sus fincas para conseguir un producto muy ecológico durante toda la temporada y así poder tener un aceite muy especial.  Al mismo tiempo y con un rosto de preocupación, me cuenta que éste es el peor año de todas las cosechas que él ha conocido,  pues según las cifras que al parecer manejan los envasadores, podrían superar el millón y medio de toneladas; pero Miguel no es tan optimista porque piensa que será difícil llegar al millón, ya que este año el olivar ha sido una víctima de la sequía y para colmo están sufriendo un fuerte ataque de la mosca.  Vale la pena abrir una aceituna con la picadura, para darte cuenta de cómo reduce el rendimiento del fruto que ha comido el gusano.

Cuesta entender que en un año muy malo, vaya a pagarse menos por el litro de aceite que cuando es bueno, porque debería ser al contrario. Al parecer no se entiende muy bien el por qué hace tiempo el gobierno de la Comunidad de Castilla la Mancha fumigaba con una avioneta y éste año ya no se ha fumigado tampoco ni con el acuerdo de varios municipios, lo cual se venía realizando desde hace tiempo. Por lo visto este año, la mosca es la reina de los olivares en toda la Comunidad.

Miguel estaba acostumbrado a tener una media de cosecha anual de tres millones de kilos y este año no recogerá más de un millón; el peor de la historia.

La Almazara Miguel Mencía tiene unas instalaciones muy amplias con todo tipo de maquinarias para producir a lo grande y exportar el 99/% para Italia. El resto es para la venta en la tienda de la almazara donde el aceite se puede adquirir en garrafas de 5L, 3L y botella de 500 ml; también en estuches para regalo y se envasa en botellas personalizadas para los clientes especiales.

Pero en esta casa no se tira nada: el hueso del fruto se muele muy fino para utilizarlo como biomasa para las calefacciones, todo bajo la presencia y vigilancia de una enorme chimenea de ladrillo toledano que va camino de cumplir los 200 años.

Mondelopress.com

 

The aroma and taste of Miguel Mencía´s olive oil, is the Elixir of Life.

Across thousands of hectares in Castilla La Mancha, families, cooperatives and oil presses, hurry to collect the delicious olive fruit in all its varieties, specially the “cornicabra” type. As soon as dawn breaks on any day in December in a mixture of a light rain and fog, the steam from the oil presses chimeny breaks with great strength across the many localities of Castilla La Mancha. In Los Navalmorales (2.500 inhabitants) a great number of its residents live of this delicious green gold; olive oil.

I am visiting the oil press Miguel Mencía, premises born at the begining of the 40s decade (just after our Spanish Civil War) by the hand of Fortino Mencía, grandfather of the current owner Miguel, who is now the third generation in the business. After following his father’s steps, this oil press facilities already have a strong olive oil smell and as soon as you spend five minutes inside, the first thing you want to do is to dip a few pieces of bread in a plate of “cornicabra” olive oil, because all that it is missing now to start the day is a couple of fried eggs.

I am going to see some olive groves inside a 4×4 driven by Miguel and travel across fields of thousands of centennial olive trees (about 12.000) where three teams made up of 3 workers, 1 tractor driver and 2 labourers, are harvesting. They use a tractor with a very spectacular kind of fan which unfolds from the sides, then hugs the trunk and with a strong shaking of the tree, the olives fall off their branches and are collected inside it. With this method, it is posible to collect the fruit from one thousand trees per day.

Miguel who is a good profesional and knows the world of the olive oil inside out, is very proud of being the third generation in his family and explains to me in great detail, how he looks after his olive groves to get an ecological product throughout the whole season and thus obtaining a very special type of oil. But at the same time and with a sad look on his face, he tells me that this year has been the worst year of them all, because according to the oil bottlers, it could only come to one and a half tons. Miguel is not so optimistic; he calculates it could barely reach the million as this year, the trees have become victims of the draught and have also suffered from the olive fruit fly. It is easy to see how the olives have been affected by cutting one in half.

It’s hard to believe that during a bad year, one litre of olive oil is paid at a lower price that when it’s a good one, when it should be the other way round. Apparently, it is dificult to understand why some time ago the goverment of Castilla La Mancha used to fumigate the trees using a light plane, but this year it hasn’t happened; not even under the agreement between several townships, which was being done for a long time. Because of this, the olive fruit fly is the queen in the entire community.

Miguel has been used to having an average crop of three million kilos of olives, but this year he thinks he will not collect more than one million. The worst in history.

The oil press Miguel Mencía has very large instalations with all kinds of machinery to produce oil in great quantities and now exports 90% of his oil to Italy. The rest is for selling in their shop in 5 litre, 3 litre containers and 500ml bottles. There are also gift packs and personalised bottles for special clients.

But in this house nothing is wasted: the olive stones are grinded very finely and used as biomass renewable energy for heating, all of this under the watchful eye of the 200 year old brick chimeny.

Traducción del texto: Beatriz Davies

Mondelopress.com

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