Para que los animales que nos alimentan estén sanos, uno de los elementos claves es su propia alimentación. Recuérdese el mal de las vacas locas, causado por la avaricia y la falta de escrúpulos y profesionalidad de algunas fábricas de piensos.
Por eso, es de confianza y garantía la fabricación y producción de piensos que inició en los años 70 Santos Robledo y su esposa Teófila Gómez en tierras talaveranas. En los años 50 empezó en Calera y Chozas con la venta minorista para las pequeñas ganaderías de la zona y aves de corral.
Y en los 70 adquirió una fábrica en Talavera de la Reina, y comenzaron a fabricar piensos de calidad, que los convirtieron en un referente para la comarca y el sector ganadero.
David Belmonte Aguilar, su esposa Ana Gómez Robledo, y Raquel Caja Robledo dirigen en tercera generación Piensos Compuestos Robledo y el grupo Robledo, el proyecto iniciado por Santos. Fabrican 40.000 toneladas de piensos porcino, ovino, caprino, vacuno, y para gallinas, avestruces, conejos, caballos, perdices o ciervos. Más de 50 formulaciones propias, y también las que pida el cliente.
Las instalaciones básicas son las iniciales, pero se han ido adaptando y modernizando para fabricar productos de calidad con total confianza de sus clientes, para garantía de la cadena alimentaria.
Además de la atención a los cereales, también han montado granjas de porcino y sacrifican unos 36.600 cerdos al año.
Santiago Gómez, encargado de la granja y con 30 años de trabajo en la empresa, enseña con orgullo y satisfacción con qué mimo y profesionalidad cuidan a los animales.
Los controles para acceder a las instalaciones son la base de la calidad y de la producción, con desinfección obligada para carruajes y personas que impidan la entrada de virus, y absoluto rigor con la limpieza y la temperatura, tanto en verano como en invierno, con calefacción o aire acondicionado.
Son naves con 1.200 cerdas madres que no hacen otra cosa que vivir muy atendidas, y cuidando de sus cochinillos.
Me cuenta Santiago que, según van naciendo, cada uno de los cochinillos ya sabe cuáles son sus tetas y se respetan hasta que empiezan a tomar pienso y abandonan a su madre para pasar a otras naves donde empezarán a engordar por sí solos. Es un espectáculo poder comprobar cómo se hacen respetar y se marcan su terreno.
Las cochineras son lavadas cada día y tratadas higiénicamente. Es un duro trabajo porque es una cadena permanente de cerdos de varias edades y también hay que preparar a las madres para la inseminación artificial, con la presencia de un cerdo sin castrar de cinco años, un berraco que se pasea delante de las cerdas y se siente el campeón de la explotación.
Piensos Compuestos Robledo también posee La tienda del Ganadero en Talavera de la Reina, donde los trabajadores del campo pueden surtirse de todo tipo de herramientas, aperos, ropa, calzado, semillas, legumbres, garbanzos, judías.
Una empresa familiar que ya va en su tercera generación y que es garantía en el cuidado y alimentación de los animales que nos van a servir de alimento.
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