Digo que Maribel es la cabrera del pico Almanzor porque nació en la localidad del Raso y vivió siempre trabajando muy duro a los pies de la cumbre más alta de la sierra de Gredos y todo el Sistema Central. Este oficio lo heredó de su padre Florentino Sánchez, también cabrero y considerado el mejor guía de la montaña para todos los visitantes y ,excursionistas, consiguiendo el reconocimiento de “El Rey del Almanzor y el Gato”, por los muchos conocimientos que tenía de la gran montaña y lo servicial que era con los visitantes.“De casta le viene al galgo”.
Visito a Maribel Sánchez en su finca granja, “El Robledillo” en el término de la localidad de Candeleda, en un lugar para privilegiados, con un micro clima difícil de mejorarlo, con unas vistas espectaculares del embalse Rosarito y cubriendo sus espaldas, el gran pico del Almanzor. Maribel, la cabrera de Candeleda, como la conocen en Ávila y toda de la Comunidad de Castilla y León.
Me dispongo a pasar desde primera hora de la mañana toda una jornada de trabajo con la cabrera, a quien siempre la sigue un cabrito de no más de una semana de vida, que se parece más a un gato negro; un futuro ejemplar macho Cabrío símbolo de la fertilidad del rebaño.
En la sala de ordeño muy limpia y ordenada, se agrupan las cabras dos docenas en fila cada vez, las cuáles a lo largo de dos horas, van entrando para comer y ser ordeñadas. Todo el rebaño de 250 cabezas de cabras, son de raza Caprina Verata, autóctona de Extremadura y en peligro de extinción. Esta raza, se la puede encontrar en la comarca de La Vera y también en Ávila y Salamanca. Es un animal negro con unos cuerno muy largos y un poco curvados. Maribel lleva desde las siete de la mañana danzando en la granja para vivir un día más sin descanso; para ella, son todos los días laborables, no importa el día de la semana.
German, el conductor del camión cisterna lechero, es puntual; cada día recoge los 125 litros de leche para llevarlos a la cooperativa Ganaderos de Caprino de Candeleda para la elaboración de los quesos. Esos litros diarios de leche y el centenar de chivos que vende por internet (después de tener que desplazarse al matadero en Ávila) hacen posible su forma muy humilde de vivir.
Me cuenta que es la mayor de ocho hermanos y que cuando su madre Paqui la dio a luz, se quedó sin el tan apreciado manjar, la leche materna y los tiempos que corrían en casa hace cuarenta y ocho años, no eran para tirar cohetes. Fue muy fácil resolver el problema, siempre que la niña futura cabrera tenía que disfrutar de la toma, le rellenaban el biberón de leche de sus queridas cabras; dice que está segura de que la leche de cabra es la mejor sustituta de la de su madre. Ahora entiendo por qué expresa tanto amor por este animal tan especial para ella, porque a lo largo de su vida, encontró un refugio natural, difícil de superar, repartiendo el cariño a su rebaño. Lleva 16 años al frente de él, dedicando todos los días del año sin tiempo para disfrutar de unas vacaciones, porque todos los días hay que pasearlas durante cinco horas por los pastos en los entornos del monte del Almanzor y siempre en compañía de su mejor amigo y perro fiel, Roy de raza Border Collie blanco y negro, al que lo único que le falta es hablar y se desvive cuando su dueña le ordena con silbidos por donde tiene que dirigir el ganado.
En el rebaño, las cabras disfrutan de la compañía de unos grandes ejemplares de chivos, Manolo, Pepito, Alfredo, y Atope; el nombre de este último, sospecho que es en honor a nuestro amigo común el Leonés Prada A Tope. Son ejemplares dignos de fotografiar.
Creo que la fuerza que trasmite la cabrera y ganadera reconocida como la primera mujer de la Comunidad, es de positividad de trabajo y superación. En los cinco años que lleva sola al frente de tanto trabajo como tiene en su explotación, en ningún momento pierde la sonrisa y creo que es debido a las horas que pasa caminando por el monte repleto de robles y de una explosión de múltiples olores que esparcen las plantas aromáticas silvestres naturales, tomillo, jara y manzanilla.
Disfruta mucho escuchando la radio y está muy al corriente de todas las noticias que pasan en el mundo mientras está de careo (llevar el rebaño a pastar al monte)
Me comenta que este año del COVID-19 fue una experiencia muy especial porque le trajeron muchos recuerdos de su niñez, ya que de repente, los pueblos y los campos por donde pasaba cada día con su rebaño, se encontraban desérticos, mientras que antes de la pandemia, llegaba a contar docenas de aviones sobrevolando la cumbre del Moro Almanzor.
Se emociona recordando los premios que ha recibido por el gran trabajo y esfuerzo que realiza cada día. Y se siente especialmente muy feliz y orgullosa por la felicitación de S.M. La Reina Letizia por el reconocimiento de los premios Internacionales y Nacionales, MAGRAMA de 2012 y COPA de 2014. Asociación premios Ciudadanos 2016, Premio de Excelencia a la innovación para mujeres rurales 2012.
Tengo que hacer seguimiento del buen trabajo y resultados de Maribel y su rebaño visitando la quesería Ganaderos de Caprino de Candeleda. Estas son unas instalaciones totalmente artesanales en la elaboración de unos quesos de cabra frescos, semi tiernos con pimentón y aceite de oliva, donde Manuel Morcuende es gerente y los profesionales y especialistas Ángel y Raúl, hacen posible la producción de estos quesos con un millón de litros de leche al año.
Quiero agradecer en especial a Maribel, la cabrera del pico del Almanzor, por ponerme tan fácil y disfrutar tanto de mi trabajo y poder vivir sus doce horas de una jornada tan especial y conocer a una mujer que no necesita que nadie la represente como Mujer Humanista y Profesional.
Gracias.
Mondelopress.com