Después de dos años de pandemia sin celebrase los encierros, han pasado 41 años de mi experiencia de asistir a unos de los encierros de los Sanfermines en capital pamplonica de Navarra; las Fiestas de San Fermín, son de interés Turístico Internacional en honor a San Fermín y sus orígenes se remontan a la edad media.
Pero el escritor norteamericano Ernest Hemingway dio a conocer los Sanfermines mundialmente gracias a sus visitas y a su novela “The Sun also Rises”.
Todo ha cambiado mucho en nuestro país, pero la fiesta navarra se ha superado con creces y ya nada tiene que ver los encierros de 1981 cuarenta años después.
En aquellos momentos fue para mí una experiencia genial poder fotografiar una fiesta donde los navarros y visitantes de toda Europa, se daban cita para entregarse a una diversión basada en el mundo del toro.
Pero si me impactó profesionalmente poder fotografiar tanta expresión de alegría de los visitantes, más disfruté participando durante muchos años en el Tour de Francia con el equipo Reynolds de Navarra de ciclismo y después Banesto. El gran Miguel Induráin pondría el chupinazo de la semana pamplonica en lo más alto que se puede poner internacionalmente, cuando todos los 7 de julio por la mañana, los embajadores navarros José Miguel Echavarri y Eusebio Unzué, nos colocaban el pañuelo rojo de San Fermín que Induráin lucía en su cuello con mucho orgullo durante toda la semana, porque sabía que representaba a los suyos fuera de casa.
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