Sobre el podio, delimitado por cuatro columnas corintias, avanzan tres figuras, vestidas de toga y con las sienes tocadas con coronas de pámpanos. Al llegar al frente, el hombre que va en el medio se adelanta y ante sus ojos, el zagal y la moza que lo acompañan desenrollan un pergamino. El silencio impera en la plaza, en la que el sol de agosto hace brillar las bruñidas corazas de los legionarios romanos, formados en torno a sus estandartes. Los lugareños, vestidos con pieles y toscas prendas de lana, tampoco rechistan. Ni la abigarrada multitud de jóvenes con túnicas que flanquea el podio por ambos lados. No se mueve ni una hoja. Va a hablar un dios. El dios Baco.
Estamos en Baños de Valdearados, localidad burgalesa que este penúltimo fin de semana del 2014 celebra su decimoquinta Fiesta de Baco, en honor al dios romano del vino. Una bacanal apta para todos los públicos que se celebra en el lugar más apropiado: en plena comarca vinícola de la Ribera del Duero y en las inmediaciones de los restos de la villa romana de Santa Cruz, descubiertos en 1972 a las afueras del pueblo.
La villa estuvo habitada en el siglo V por una familia que de seguro cultivaba la vid, pues decoraron el salón principal de la casa con un mosaico dedicado a Baco. Uno de los mejores que llegaron hasta nuestros tiempos, y cuyos restos ya no pueden visitarse. En el 2011, parte del mosaico fue robado y se da por perdido para siempre.
Pese a ello, los menos de cuatrocientos habitantes del pueblo -multiplicados en estas fechas por los veraneantes- mantienen su festejo, cuya base fundamental es la participación popular. Porque son multitud los bañuecos que, disfrazados y decorando calles, recrean Hispania durante unos días.
Uno de los responsables de que esta fiesta naciera y siga creciendo es Manuel Martínez Cerezo, su presidente y coordinador durante catorce años, que ya cedió el testigo, aunque sigue colaborando y participando como el primer día.
El programa de este año tenía un presupuesto de 35.000 €, al que contribuyen Ayuntamiento y Diputación, explicó Manuel a Mondelopress. Entre los clásicos de la fiesta figuran el mercado romano callejero y el desfile de dos legiones con cincuenta miembros cada una. Se calcula que más de 1.500 personas participan en el jolgorio, que concluye con un festín para seiscientos comensales.
Tampoco falta ningún año la ofrenda a Baco y el desfile triunfal del dios sobre un carro de madera de vid hasta la plaza donde lee un pregón satírico en verso en el que no deja títere con cabeza.
Este 2014, los bancos, los gobernantes, la crisis y hasta la agencia Efe recibieron los dardos de Baco, encarnado por el bañueco Pedro Palacios Palacios, encantado de asumir tan divino papel, aunque confesó a Mondelopress que, para representarlo como es debido, tuvo que rasurar su poblado pecho. No parece, aun así, que le importe mucho, porque ya es el noveno año que lo hace.
Todo sea por darse el gustazo de, aunque sea por un día, decir las verdades bien alto. Ya lo decían los romanos: In vino veritas, esto es, que en el vino se encuentra la verdad.
Mondelopress.com
¡Qué gran fiesta y qué buenas fotos! Uno de los festejos más originales que conozco. La foto de la bacanal que encabeza el reportaje es para enmarcar.